Si os digo la cifra 0,618 ¿Os dice algo? Posiblemente a unos si pero a la gran mayoría no. Este es el número áureo, esto quiere decir que se supone que esta cifra representa la perfección.
¿Y a mi esto de qué me sirve? Pues la verdad es que si te dedicas al análisis técnico bursátil te sirve y mucho. Pero al margen del análisis técnico, este número está presente en infinidad de objetos tanto vivos como inorgánicos. Por ejemplo, las pirámides egipcias fueron construidas en base a esta proporción, al igual que el Partenón griego, las tarjetas de créditos, la distancia entre los círculos de una caracola, la formación de las galaxias, la proporción entre la altura de una persona y su ombligo, los pétalos de una flor, la forma de reproducción de los conejos, etc. Como veis estamos rodeados de este número y ni nos damos cuenta, sirve para entender algo tan inmenso como una galaxia y algo tan pequeño como una flor.
¿Pero este número de dónde ha salido? Hay indicios que un matemático indio descubrió una secuencia de números que seguían este patrón, en el 200 AC, pero con Fibonacci fue cuando se difundió su uso. Dicha secuencia es la siguiente: 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34.....¿Habéis conseguido hallar el patrón? Se empieza con el número uno y cada número siguiente se obtiene de la suma de los dos anteriores, de tal manera que: 1, (0+1=1), (1+1=2), (1+2=3), (2+3=5), etc. La mejor forma de representarlo es a través de la típica caracola.
Esta secuencia se utiliza como ya he dicho antes, principalmente para el análisis bursátil. Lo que más se usa son las extensiones, arcos de resistencia, ciclos de Fibonacci y los ángulos de resistencias pero lo que más se utilizan son los retrocesos. Estos instrumentos se llevan usando incluso antes de la informatización de la Bolsa. En otra ocasión haré un mes dedicado al análisis técnico, pero habrá que esperar un poco...