En los depósitos, a diferencia de los préstamos, eres tú el que le presta el dinero al Banco, el resto del procedimiento es el mismo pero cambiando los papeles: el Banco te da intereses, a cambio del capital que le has prestado durante un periodo de tiempo.
Lo que ocurre a diferencia de los préstamos es que si tu quieres disponer del capital que le dejaste al Banco, él te va a penalizar con una cuantía similar a los intereses que irías a cobrar si no retirases el dinero.
Existen tres tipos de depósitos: los crecientes, los referenciados y los estructurados.
- En los crecientes, los intereses aumentan cuanto mayor sea el plazo que le prestas el capital al Banco.
- En los referenciados se divide la rentabilidad en una parte fija y en otra variable. La parte variable es en función de un índice (IBEX35, Euribor, etc)
- Por último en los estructurados también se divide la rentabilidad en una parte fija y en otra variable, pero en este caso la parte variable es en función de la cotización de una empresa (o conjunto de empresas). Sólo te devuelven el capital inicial si las acciones aumentan de valor, si el valor es menor el inversor (nosotros) podremos recibir acciones de la/s empresa/s en vez de intereses.
Existe un Fondo de Garantía de Depósitos, en el que todas las entidades están obligadas a inscribirse, el cual se dedica a captar un porcentaje de todos los depósitos que una entidad contrata con un cliente y que se guardan para casos de emergencia como pueden ser tapar agujeros. Además este fondo trata de dar estabilidad y tranquilidad ya que si pasa algo con la entidad (quiebra por ejemplo), tienes 100.000€ garantizados (por depositante en cada entidad, con independencia del número y clase de depósito que tengas, si tienes depósitos por valor de un millón en una misma entidad, sólo te cubre cien mil, en cambio si tienes menos de cien mil, te cubre todo). Moraleja, hay que diversificar los depósitos en varios bancos para que estén totalmente asegurados en caso de quiebra.
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