La cumbre de Durban fue para algunos una decepción más en lo que a ecología se refiere y para otros fue un rayo de esperanza. Esta vez 190 países se han comprometido a prolongar la vigencia del Protocolo de Kyoto para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Como novedad se ha incluido un Fondo Verde para el Clima que dispondrá de 100.000 millones de dólares anuales a partir de su entrada en vigor, en 2020. Este fondo ayudará a los países en desarrollo a lidiar como los efectos del cambio climático.
Curiosamente Rusia, Japón y Canadá ejercieron su derecho a no ser incluidos esta vez en dicho tratado. Canadá al menos ha explicado que prefiere salirse del acuerdo ya que no le va a ser posible alcanzar dichas cotas de emisiones y por tanto debería de incurrir en unas multas que duramente serían encajadas por el país del arce. La postura de Japón es extraña, ya que lleva décadas estancado económicamente, y aunque es de los países que mayor contenido de alta tecnología produce y exporta, no consigue relanzar su economía y por otra parte el incumplimiento del tratado no se sabe hasta qué punto le acabaría beneficiando. Rusia por su parte es uno de los principales exportadores de petróleo y gas del mundo, su economía tiene unas necesidades industriales enormes que le serían imposibles cubrir con un recorte en las emisiones.
En general, se puede decir que las razones por las cuales los países han rechazado la inclusión de sus nombres en el tratado han estado motivadas por no tener capacidad para pagar las multas que generaría el incumplimiento del mismo.
Según el IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change) que es el organismo que trata de vigilar los cambios en el medio ambiente debidos principalmente por nosotros, si no se ataca pronto y de verdad el problema del cambio climático, podría repercutir en la economía real. Inundaciones que afectarían a la agricultura. La deforestación y los incendios, que implicarían el deshielo de los glaciares y cumbres nevadas de montañas (ejemplo del Kilimanjaro), lo que acarrearía inundaciones y por tanto pérdidas de vida animal y humana a consecuencia de las riadas. El uso de energías fósiles, etc.
Pero la verdad es que hoy en día no disponemos de la tecnología apropiada para obtener una energía limpia y segura (las nucleares en principio son limpias, pero el valor del suelo y los residuos que generan reducen a cero el valor de la zona donde se asientan, además está el problema de que si algo falla nos encontramos ante un Fukushima o Chernobil).
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