El 12/12/2011 el Viceconsejero de Sanidad del País Vasco, Jesús María Fernández, anunció que en los primeros meses del 2012 se publicaría un anteproyecto de ley mediante el cual se regularía la producción, distribución y consumo de la Marihuana. Es la primera Comunidad Autónoma que realiza este tipo de medidas. Destacar que Euskadi también es la primera comunidad en la que se crearon las Asociaciones de Consumidores de Cannabis, llegando al número de 120 colectivos en nuestros días. Estas asociaciones sufragaban el coste de las plantaciones con las aportaciones de sus socios.
Dado el fracaso existente en la prohibición de la Marihuana, se ha optado por su regulación. Esto implicará modificaciones tanto en el Código Penal como en la Ley de Seguridad Ciudadana, aunque la legislación española permite la plantación de Cannabis siempre y cuando sea para consumo propio y no para traficar. Además, según han dicho, se reducirá la delincuencia que este mercado genera.
Mi pregunta es ¿Las Administraciones Públicas obtendrán ingresos vía impuestos como en la venta del alcohol o el tabaco? ¿Cuál será el coste para la Sanidad Pública los tratamientos paliativos derivados de su consumo? ¿Se habilitarán negocios estilo coffe-shop como en Holanda?¿Quién o en qué casos se podrá consumir?
Al parecer esta Ley afectará al 2% de la población del País Vasco, esto implica alrededor de 43.400 personas. El Gobierno Vasco, junto con otras organizaciones dicen que es imposible prohibirla, con lo cual, puestos a legalizarla, si se creasen negocios destinados a ello, tendrían que tributar por su venta y sería una vía de ingresos. Dichos ingresos podrían ser destinados para un fondo sanitario con el que se financiaría, en parte, a todas esas personas que acudan a la sanidad pública en busca de un tratamiento para poder curar los daños que esta sustancia haya podido ocasionarles (cerebro, pulmones, etc). También podría servir para otros gastos sanitarios que otras personas necesitasen o para disminuir el famoso copago o repago sanitario.
El caso del alcohol o el tabaco es una analogía de esta situación, que ha sido utilizada por el Viceconsejero para explicar esta medida. Se regula su venta, su precio y sus impuestos. Lo que el Gobierno Vasco deberá de hacer es sopesar cuántos ingresos generará, los costes (sanitarios y de educación social y académica) que se producirán, y si su impacto social será beneficioso para la misma, su destinatario final o en qué casos estará permitido. Las cartas están sobre el tapete.
Dado el fracaso existente en la prohibición de la Marihuana, se ha optado por su regulación. Esto implicará modificaciones tanto en el Código Penal como en la Ley de Seguridad Ciudadana, aunque la legislación española permite la plantación de Cannabis siempre y cuando sea para consumo propio y no para traficar. Además, según han dicho, se reducirá la delincuencia que este mercado genera.
Mi pregunta es ¿Las Administraciones Públicas obtendrán ingresos vía impuestos como en la venta del alcohol o el tabaco? ¿Cuál será el coste para la Sanidad Pública los tratamientos paliativos derivados de su consumo? ¿Se habilitarán negocios estilo coffe-shop como en Holanda?¿Quién o en qué casos se podrá consumir?
Al parecer esta Ley afectará al 2% de la población del País Vasco, esto implica alrededor de 43.400 personas. El Gobierno Vasco, junto con otras organizaciones dicen que es imposible prohibirla, con lo cual, puestos a legalizarla, si se creasen negocios destinados a ello, tendrían que tributar por su venta y sería una vía de ingresos. Dichos ingresos podrían ser destinados para un fondo sanitario con el que se financiaría, en parte, a todas esas personas que acudan a la sanidad pública en busca de un tratamiento para poder curar los daños que esta sustancia haya podido ocasionarles (cerebro, pulmones, etc). También podría servir para otros gastos sanitarios que otras personas necesitasen o para disminuir el famoso copago o repago sanitario.
El caso del alcohol o el tabaco es una analogía de esta situación, que ha sido utilizada por el Viceconsejero para explicar esta medida. Se regula su venta, su precio y sus impuestos. Lo que el Gobierno Vasco deberá de hacer es sopesar cuántos ingresos generará, los costes (sanitarios y de educación social y académica) que se producirán, y si su impacto social será beneficioso para la misma, su destinatario final o en qué casos estará permitido. Las cartas están sobre el tapete.
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